que incitan, que excitan, que enardecen, que enloquecen.
Cierras los ojos dejando que la música te secuestre e imágenes de lo que podría ocurrir algún día, se apoderan de tu cuerpo provocando una revolución que a veces es aliviada por una manos frías y desesperadas. Otras, simplemente, se pasea al compás de la música hasta que desaparece.
Hay momentos que merecen y deberían ser recreados y disfrutados. Contigo.
Oh...
ResponderEliminarGracias, gracias pero ahora no me va bien...
Jajajja
Jajajaja, eso no me lo dices a la cara, valiente :P
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